Toño y Carmela, enamorados de la vida

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Toño, en casa de su madre, justo comenzando a prepararse para la boda que le espera en pocas horas.

Los hermanos se vestirán juntos, es una tradición y un momento de intensidad familiar.

Todo debe estar listo y deslumbrante para Juan José hermano de Toño

Toñi, con sus dos hijos, feliz y nerviosa por el día que le espera, su primer hijo en pasar por el altar.

Maria del Carmen está preparándose en su propia casa, en la casa que compartirá con José Antonio.

La preparación antes de ponerse el traje está siendo tranquila, íntima.

Hermosa, nerviosa pero sonriente en la colocación del vestido.

Detalle de la colocación del liguero. Una de las tradiciones más extendidas en las bodas españolas.

Los padres de la novia la observan extasiados. Es un día realmente feliz para ellos.

Para calmar los nervios, pensamos que saltar sobre la cama sería una buena descarga de adrenalina.

La madre es quizás una de las mujeres más felices del mundo en ese momento.

Los nervios no le quitan ni un poquito de belleza a la novia.

Momentos para mirar el vestido desde otra perspectiva.

Colocando el velo la concentración es importante para colocarlo correctamente.

En el ascensor de salida los nervios son más que evidentes.

De camino al coche que la llevará al altar.

Nerviosa mira por la ventana pensando en lo que viene.

Los invitados esperas la llegada de la novia, y cuando aparece esto es lo que pasa.

Cualquier momento es bueno para hacer una foto y un recuerdo de una boda más.

Imagen de la Iglesia de los Salesianos en Sevilla lugar del enlace.

Los padres del novio pendientes de la ceremonia.

En un momento de la ceremonia, la atención es absoluta.

Cientos de asistentes llenaban la iglesia.

El novio en sus primeros momentos de casado con su padre.

Justo a la salida, los asistentes se saludan unos a otros.

Antiguamente a los novios sólo se les echaba arroz, pero ahora podemos ver que la tradición se está transformando y ahora se usa hasta confeti.

Los amigos son para siempre, y este grupo es uno de los más unidos que he visto.

Yo miro para el fotógrafo oficial que para eso le pago.

Maria del Camen exultante en belleza y felicidad.

Ya se lo van creyendo, ahora vamos camino de la Catedral de Sevilla

Caminar al atardecer por el Alcazar tiene estas luces.

La catedral, un costalero y una boda es de lo más sevillano que les podía pasar a los novios.

El paseo está siendo un gozo, el entorno ayuda a disfrutar del mismo.

Durante todo el paseo bromeamos bastante acerca de la cara rígida de José Antonio. Maria del Carmén cogió el punto de olvidarse de mí a la primera.

Hacer esta foto es un privilegio por el lugar y lo bonita que está Sevilla centro, las calles peatonales y tranvía han embellecido el centro.

Pasando por la Catedral de Sevilla, imponente.

Es muy interesante el interés que despierta una boda en España, a pesar de verlas a diario, la gente sigue volteando el cuello.

No no, no se iban a salvar de la foto con los turistas.

Por si no quedaba claro que estabamos en Andalucía, Coche de caballos.

La catedral de fondo ayuda a que las fotos queden mejor.

Hay veces que la felicidad te hace volar.

Antes de entrar a comer, que el amor nos alimente.

En el brindis de bienvenida, siguen pegaditos.

La familia siempre pendiente de cualquier detalle.

La emoción de ver feliz a alguien querido.

Laura, la hermana del novio, comprobando que todo funcione bien.

La fiesta aún no había comenzado, ¿o sí?

Esta foto con mis hermanos es importante para mi. 🙂

Los hombres y mujeres bailando la conga por separado.

El DJ consiguió animar a todo el mundo. Buen trabajo

Los niños de hoy en día han visto mucho fama, y se animan con todo.

¡El novio se atreve hasta a poner música!

Yo creo que se lo estaba pasando de muerte.

Que se nos duerme decía la camiseta de la despedida de soltero.

La novia con su nueva familia política escuchando «de todo».

El Novio exultante tras la posiblemente la mejor fiesta de su vida.

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La felicidad de saber que son marido y mujer

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Una de las ventajas de contar historias y olvidarme de lo que queda bien o queda mal en fotografía de boda, es poder centrarte en vivir con los protagonistas la misma intensidad y el cariño que ellos le tienen a este día. Si además tienes un vínculo con ellos más fuerte, se hace realmente divertido el llenar tus tarjetas de cientos, miles de fotografías con los momentos que ya nunca serán olvidados.

Aquí Toño y Carmela hacen una pareja de baile fenomenal, un duo con ganas de vivir y de dar vida, que ya les queda menos para ser padres. Quiero agradecerles que me dejaran contar esta historia de amor y alegría.

Ya son parte de la mía.

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